En este primer juicio a Sadam, hoy se oyó a su hermanastro (también se le juzga por esos primeros 148 asesinatos de la lista) gritarle al juez: "Si tienes conciencia, algo que dudo, tienes que ordenar que me pongan en libertad [bajo fianza] para recibir tratamiento médico". Al parecer, tiene cáncer. Este hombre, Barzan el Tikriti, era el jefe de los servicios secretos iraquíes. Seguramente, accedió decenas de veces a peticiones de este tipo durante la dictadura de su hermanastro. Aquel día que mataron a 148, muchos debieron de escapar gracias a peticiones como la suya. Por conciencia.
Ese abrazo repentino de las costumbres democráticas de los tiranos acorralados. Esa loa tan sentida a la conciencia.
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13.2.06
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