–Entonces no hay elección –dijo–. Se gastaron todo lo que tenían. –Aceptó el cigarrillo que le ofrecía el anciano–. ¿Qué quiero decir con "si de verdad me voy a ir"? –Escupió un grumo de tabaco al suelo–. Tengo que irme.(Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, de Michael Chabon)
–Lo que tienes que hacer, muchacho –dijo Konrnblum–, es intentar acordarte de que ya te has ido.
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Acepté el cambio.
ResponderEliminarHermoso texto, que por cierto me viene como anillo al dedo.