Llegados a este punto, con medio parlamento mexicano vigilando días y noches una tribuna como si fuera la última llama de la Tierra, hay que mirar a China para encontrar una guía. Para justificarlo, baste con decir que allí empiezan a tomarse como malas copias algunos productos electrónicos auténticos. El mundo de la falsificación se ha vuelto allí completamente del revés. China produce la mayor cantidad de copias del mundo, pero en otro plan.
Pongamos un rolex, que es por lo que empieza cualquier novato, incluso los faltos de aspiraciones. La fábrica que monta los relojes falsos, las copias, lo hace lo mejor que puede, pero lo que nunca se les ha visto hacer es montarse en un avión para ir a destrozar los talleres de los relojeros de Ginebra. El falsificador serio sabe perfectamente que el original le resulta absolutamente imprescindible. Entre otras cosas, le permite ir subiendo el precio de las copias a medida que van siendo mejores. En los mercadillos de Asia, se aprende rápidamente que no todas las falsificaciones son iguales: existen clases, y nadie las discute. Con el tiempo, el falsificador realmente ambicioso se da cuenta de que puede adelantar a su modelo real, como ha sucedido en China: la gente rechazaba algunos modelos nuevos de teléfonos móviles porque le parecían copias malas de las falsificaciones que llevaban semanas usando. Ahí se da la vuelta el mundo, cuando la marca piensa que tiene que empezar a copiar al falsificador. De hecho, algunas les han llegado a pedir que fabriquen sus productos, porque lo hacen mejor. Pero no. Ya está todo perdido. Ganan mucho más fingiendo que copian, aunque ya no exista el original.
Tengo la impresión de que quienes defienden a López Obrador, el que perdió las elecciones, serían un absoluto fracaso en la industria del rolex barato. Aunque empezaron bien: lo sacaron a la venta en una plaza, que es más o menos lo que se hace en Bangkok, donde los relojes se compran mientras se esquivan las putas. Pero les ha entrado la prisa, y en lugar de esperar a conseguir provocar la duda sobre el rolex real han agarrado las mazas para reventar escaparates.
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1.12.06
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Fantástica metáfora!!! ¿Qué tendrá el poder que todo el que lo tiene cerca pierde los papeles?
ResponderEliminarDavid: andar tan fino tiene el inconveniente de que dejas sin palabras a quienes te leen. Yo sigo con la boca abierta, de admiración.
ResponderEliminarEstos chinos... Seguro que se están preparando para ocupar la presidencia de México a golpe de play station.
ResponderEliminarNo te digo yo que no.
ResponderEliminarRepito: la porquería de columnistas que andan por ahí, y que nadie ofrezca un contrato suculento (o sucurrápido) a David...
ResponderEliminarY lo peor de todo es cuando te traen de los chinos de Nueva York un reloj Montblanc falso que lleva semanas funcionando a la perfección mientras tu bolígrafo Montblanc auténtico ya se ha roto dos veces y cada reparación cuesta 68 euros del ala.
ResponderEliminarSi se hace algo aquí a golpe de Play, yo me apunto. ¿Cada uno trae su mando o cuando llegas al poder ya te dan uno?
ResponderEliminar¿Mandos falsos? Como dice JMR, seguro que al final nos dan menos problemas, o menos disgustos...
ResponderEliminarYo estoy con Ander: una campaña ya ;)
Esto me recuerda una noticia, la última de las muchas que salieron sobre la desaparición de una escultura de Richard Serra propiedad del Reina Sofía que estaba en un almacén.El museo ha encargado una copia de la escultura al autor y se ha determinado que la dicha copia pasará a ser considerada el original.
ResponderEliminarTanto es así que si la pieza desaparecida apareciera(valga la redundancia)sería considerada una copia. ¿Alguien lo entiende?
Saludos.
Por cierto David, gracias por enlazarme en tu blog, es un honor.
ResponderEliminarLa historia de Richard Serra me encanta. Échale un vistazo a esto.
ResponderEliminarGracias David, no habia leido esa entrada y me ha gustado mucho y la conversación epistolar entre Ander y tú no tiene desperdicio.
ResponderEliminarSaludos.
Genial
ResponderEliminarMe gusta eso de "epistolar", parece que en cualquier momento van a empezar los tiros.
ResponderEliminarOyes, David, no me atrevo a decir que es un plagio, pero ayer Juan José Millás recurrió a la misma idea que tú. En su "columna" de la Cadena Ser, habló de los dos presidentes mexicanos y de los rólex, contó que un amigo suyo llevó a reparar un rólex falso y le dijeron que era verdadero... En fin, la misma idea, pero mucho menos afinada que la tuya.
Ay, qué rabia no haberlo escuchado. Aunque da como miedo, ¿no?
ResponderEliminarOtra vez Millás.. no es la primera vez que aquí se escribe algo de eso...
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