Cuando le preguntaron qué pensaba de la Leica, Cartier-Bresson dijo que era como "un beso grande y cálido, como el disparo de un revólver, y como el sofá de un psicoanalista".Lo cuenta Anthony Lane en un reportaje del New Yorker sobre las Leica y sobre los fotógrafos que, desde 1925, después de probarlas no pudieron separarse de ellas. Como le sucedió a Cartier-Bresson:
Nunca he abandonado la Leica. Cualquier otra que he probado simpre me ha devuelto a ella. No digo que esto también le pase a otros, pero en lo que a mí me toca es la cámara. Literalmente es la extensión óptica de mi ojo.Es un arma perfecta para la caza. Lane recuerda en el texto una gran diferencia respecto a las demás de la que han hablado también Ralph Gibson y René Burri, por ejemplo. En el instante del disparo, la Leica no ciega la vista. La foto deja de ser aquello que quedó oculto (como flotando en la nada) entre lo que se vio justo antes de disparar y justo después.
Pero antes de disparar, Cartier-Bresson recuerda algo que vale igual para cazar fotos, metáforas o historias:
El fotógrafo debe tumbarse a esperar, vigilando su presa, y tener un presentimiento de lo que está a punto de suceder.Technorati tags: Leica fotografía Cartier-Bresson periodismo
Hay que saber elegir el momento y sin duda él sabía hacerlo...
ResponderEliminarYo también prefiero la Leica y el mágico ritual de trasladar esos momentos al papel...
hola, puse balazos por otra cosa en el google, y me encontré con esto, bueno blog, buenas fotos y felicitaciones. un abrazo desde Atacama.
ResponderEliminarYa viste estas publicidades de Leica?
ResponderEliminarhttp://listao.blogspot.com/2007/10/leia-12x-y-su-campaa-publicitaria.html#links
Te van a gustar.
Saludos,
Her
tuve la oprtunidad de tener la Leica de un amigo en mis manos durante un mes. Un verdadero placer.
ResponderEliminardesde hace unos meses me planteo comprar una, pero tengo demasiado cariño a la que actualmente utilizo, casi a diario, y no creo que caiga en la tentación. También pienso, más de una vez, que es mi capricho favorito y que, algún día, tendré que satisfacerlo.
muy acertada la última cita. La manipulo un poco: perseguir con pasión, acechar con paciencia, presentir el movimiento próximo y saltar con precisión. Un gran maestro. Hace dos veranos tuve la oportunidad de visitar la Casa de Cartier-Bresson en Paris, y fue toda una experiencia el darse cuenta de que, dentro, parece verse todo en blanco y negro. Me atreví y tomé algunas fotos del espacio.
sin duda, Leica es mucho más que el artefacto per se.
saludos desde Madrid
Bien manipulada está. Me queda la curiosidad de la casa de Cartier-Bresson.
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