10.11.07

Los viejos tiempos

Frank Lucas: Tengo remordimientos. Nunca le vendí a ningún niño en la calle, pero me enteré de que mi gente lo había hecho. Yo no quería venderle a los niños. No queríe convertirlos en yonquis. No quería ser parte de eso. Pero en mi época no podía conseguir un trabajo en Wall Street, ni siquiera limpiando los baños. Fui al colegio tres días y dos de ellos el profesor no estaba. Tenía que ganarme la vida. No quería ser sólo un vagabundo de mierda. Así que eso es lo que hice. Pero es complicado. En ese momento, todas las ratas del bosque salen corriendo a por ti. Y cuando dejas de tener dinero, todo el mundo desaparece.
En los 70, Frank Lucas era uno de los mayores traficantes de heroína en Harlem. El New York Magazine le ha juntado con Nicky Barnes, su mayor rival de entonces. Ambos se hicieron multimillonarios con la droga. A ambos terminaron deteniéndoles. Ahora, Barnes protagoniza el documental Mr. Untouchable y Denzel Washington interpreta a Lucas en la película American Gangster. Están retirados y hablan de los viejos tiempos:
Nicky Barnes: La heroína provocó mucho dolor en la comunidad negra. No debería haberlo hecho. Tal vez lo sabía, pero no me importaba una mierda. Quería ganar dinero, y eso es lo que hice. Mirando atrás, no habría tomado esas decisiones, pero es muy diferente, y resulta mucho más fácil decirlo ahora, después de que ha sucedido.
(...)
NB: Había mucha gente con la que andábamos, gente que nos gustaba. Jimmy Terrell, por ejemplo, y Turtle y Claude, Peter MacDougal, Frank Moten... ¿Y qué me dices del chico que murió en la revuelta?
FL: Aah, ¿cómo se llamaba? Le mataron en el puente George Washington. ¿Cómo cojones se llamaba?
NB: A mí también se me ha olvidado el nombre, pero conocíamos a todos esos tipos. Supongo que hay algo de nostalgia en esto.
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3 comentarios:

  1. Se le ponen a uno los pelos como escarpias. Los viejos tiempos. La Heroina era un pase directo al otro barrio, o la entrada a un infierno en vida y más adelante, el sida oculto en el tunel de la aguja.

    Más vale morir en la miseria que convertinte en expendedor de sufrimiento. No hay excusa. El arrepentimiento debería haber venido antes de la elección.

    Y sí, ahora tienen en la mano prvenir de nuevos daños. Pero sin mitificar el pasado.

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  2. El resto de la conversación que tienen es todavía más delirante.

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  3. Los estanqueros o los propietarios de bares no se plantean estos dilemas morales. ¿Por qué habrían de hacerlo los camellos de heroína?

    Lo más delirante es un sistema que castiga los vicios como si fueran delitos, y es esto lo que está provocando un enorme retroceso en la situación de las minorías raciales estadounidenses, no la heroína o el crack.

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