10.1.03

Peter Pan

En ciertas ocasiones uno espera únicamente que las cosas sean lo que parecen. Sólo eso. Porque se lo han enseñado. Uno entra en una panadería y espera que le vendan una hogaza, y tal vez un poco de levadura. O hasta una napolitana de chocolate para la merienda. Se detiene luego ante un escaparate que enseña el Libro del desasosiego de Pessoa, y podría pasar adentro si quisiera a que se lo envolvieran para regalo. Incluso para regalárselo a sí mismo. Para las noches de frío, para las tardes de niebla.

De tan acostumbrado que está uno a este principio, ni siquiera se lo piensa, y entra en la librería y pide, en efecto, que se lo envuelvan para regalo. Ni siquiera se ha imaginado que ese Libro del desasosiego pueda ser en realidad un adorno hueco que se vende por metros para rellenar estanterías de salones nuevos. Ni hablar. Pero tal como están las cosas, que a nadie le extrañe llegar casa, desenvolver el libro, esperar la noche, y encontrar dentro un código de barras. Nos hemos acostumbrado a confiar, y ya podemos decir que hemos clonado a Peter Pan en el cuarto de baño que nadie va a decir que no. Con un poco de suerte, y si nos disfrazamos de blanco, hasta ocuparemos el primer lugar en el telediario, porque eso de clonar a Peter Pan abre un arduo debate ético. Dirán, por si acaso, que el clonador afirma sin pruebas, pero que lo ha contado con mucho énfasis. Dirán que, claro, como llevaba años anunciándolo. Y luego lo repetirán los demás periodistas. Y hablaremos en la cola de la frutería de lo peliagudo que es eso de la clonación de Peter Pan.

Lo haremos porque estamos acostumbrados a que eso que dicen en el telediario haya sucedido. Quien pone una panadería lo hace porque va a vender hogazas, y por eso nosotros nos acercamos allí hacia el final de la mañana: porque vende hogazas. Del mismo modo que quien se pone de periodista despacha clonaciones cuando tiene clonaciones. Pero ahora que Peter Pan anda por las fruterías buscando un kilo de mangos, recomiendo que cada uno revise en casa su edición del Libro del desasosiego.

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