7.3.03

Algodón

He llegado a casa silbando ese solo que canta un tipo que debe de ser enano al principio de Moulin Rouge: There was a boy..., érase una vez un chico. Me he dado cuenta de que lo silbaba cuando ya entraba en casa. Y no supe por qué. Ni tampoco dónde me había arrancado a silbar. Ni si lo había hecho muy fuerte y alguien se me había quedado mirando. Ni supe cuántas veces. Generalmente, sólo puedo recordar unos diez segundos de cada canción, pero soy capaz de repetirlos una tarde entera.

Evidentemente no la silbaba porque me sintiera como Ewan McGregor al llegar a París. Ni siquiera ahora que la sigo silbando (there was a boy...) mientras escribo al lado de la ventana siento que me parezca a él. Pero sigo silbando la misma frase, y debo de haberla robado de alguna parte. Porque las canciones, las que uno silba por la calle sin darse cuenta, las que uno silba mientras escribe que las está silbando, estas canciones son como algodón de azúcar: si uno pasa cerca y lo roza, se lleva un trozo pegado. En mi caso una frase, there was a boy... un jirón que le arranqué a alguien sin darme cuenta. Debió de ser en el metro, en algún pasillo. There was a boy... sí lo había, había un chico, pero no eran tan chico. Tenía ya más de la mitad de las canas que se pueden tener antes de pasar directamente a tener el pelo blanco. Era extranjero. Y tosco. Bueno, más bien curtido, gastado, con unas patillas descuidadas y cierta desgana. Y soplaba el saxofón en el último recodo de un pasillo azulejado. There was a boy... en el saxofón, con el estuche abierto a los pies. Sólo there was a boy... que dura lo que tardé en doblar la esquina. Sólo rocé su algodón de azúcar durante ese instante, y me lo llevé pegado en un silbido.

También porque justo detrás de mí llegó un guardia de seguridad y empezaron a hablar riendo. El saxofonista señalando con el brazo hacia el final del pasillo. No le importó dejar la frase a medias -mientras pasábamos corriendo- para entretenerse con el guardia. Pero se me pegó el algodón a la manga y sigo junto a la ventana silbando, silbando sólo there was a boy... porque no sé más.