21.5.04

Las curvas

Ya que este fin de semana vuelve la Fórmula 1, tengo excusa para contar que estuve en Montmeló. Y por eso puedo decir que la Fórmula 1 es una curva. Al menos la Fórmula 1 de la gente normal, que se sienta en un pedazo de césped e intenta no resbalarse sobre los que se sientan delante. Es una curva a la que llegan los coches a 290 kilómetros por hora, frenan, y se van. Sucede 66 veces, y así es la Fórmula 1.

También están, claro, los que consiguen tener cerca una pantalla de televisión y suman esa curva cerrada a todas las demás que se ven bien grandes y cerca, aunque suceden en otro lugar. Uno tiene que ir a sentarse sobre la hierba de Montmeló para descubrir la televisión como si la acabaran de inventar en ese preciso instante, y aún no hubiera alcanzado a todos los salones. Por eso, quizá, a la salida de la carrera, deberían reunirse por grupos todas las personas sentadas en pedazos césped. Yo podía haber contado mi curva, las 66 veces de mi curva, y canjear mi relato por el de otras curvas ciegas como la mía. De esa forma, tal vez, al llegar a casa, habría conseguido sumar una carrera completa, con todas sus curvas. Aunque sospecho que pegar los trozos de este relato es casi imposible, porque tendría –aunque parezca una bobada– tantas voces como curvas. Menos mal que, además de los bocadillos y una bandera, teníamos también una radio, que es el pariente pobre de la tele, pero que nos libró del engorro de tener que encontrar quien quisiera contarnos las 66 veces de su curva. Incluso yo prefiero que no me hayan pedido relatar las mías, porque como mucho recordaría cinco o seis, y no necesariamente en el orden correcto.

Esto de mi curva y la Fórmula 1 no es un invento nuevo. A todos le ha sucedido que han intentado entenderlo todo con un solo pedazo, por ignorar que había más. A todos le ha sucedido que han descubierto luego que había más curvas, y han querido que otro se las contara. Y también ha visto que había radios. Y pantallas. De todas formas, aunque no sé por qué, creo que habría disfrutado igual mis 66 curvas. Quizá únicamente eso es la Fórmula 1: una curva.

11 comentarios:

  1. Anónimo22:08

    Sí, muy bonito lo de las curvas y el tema éste, pero ¿qué hay de la Boda? ¿No va a hablar nadie de la Boda? ¿Ni siquiera un mísero link a la página oficial de Enlace?

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  2. Anónimo22:08

    Marlow estás nominado.

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  3. Anónimo22:09

    ¿Qué boda?

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  4. He ido a mirar, y no tienen un link a mi página. Así que paso…

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  5. Anónimo22:09

    ¡Cambio, rasante, curva y a fondo….ojo niebla…..cuidado barroooo!

    (Las Curvas según Luis Moya, Rally 23,Tramo 5, Versículo 8)

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  6. Anónimo22:10

    Te veo sentado en la hierba, mirando a los coches pasar a toda velocidad en tu curva 66 veces, ¡Dios santo!, cómo pudiste aguantarlo

    La vida es una curva. Nuestra curva, la más importante, la única que vemos, hasta que un día nos damos un paseo por otras curvas, o algún ingrato nos las cuenta y se acabó nuestro paraiso, comenzamos a sentirnos culpables porque, hasta el momento, esas 66 vueltas de curvas era lo único que veíamos y ¿para qué quieres ver el resto de curvas?, ¿para tener una mejor concepción de la realidad?, para compararlas con tu curva y ver que la tuya es, siempre, mejor (o mejor que así lo veas sino quieres desesperar)
    Perdón por el desbarre, estoy un poco agotado de tanto

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  7. Allí sentado, la curva no es una curva, sino la carrera completa. Uno casi olvida que es sólo una curva. Uno, y unos cuantos miles que por allí había.

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  8. Anónimo10:18

    ¿Y qué dices de las banderas?. ¿No será una señal?

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  9. Anónimo10:18

    Yo estuve hace 2 años en Montmeló y me pareció un rollo espantoso, lo que pasa que iba con una novia que tenía y a ella le gustaban esas cosas, que curioso, y compró unas entradas para boxers, imagino que carísimas, da igual. Durante la carrera yo intenté decirle lo mucho que me gustaba, pero con aquel ruido ensordecedor era imposible hacerme oír. A ella le parecí un petardo y desde la carrera aquella no nos volvimos a ver. Aquella noche en el hotel no quiso ni acostarse conmigo, me dijo que era un pegajoso y desde entonces me tuerce la cara cuando me ve. Ya no me importa, lo tengo superado. No vuelvo a ir a una carrera y menos con una novia
    Mi Fórmula 1 no fue una curva, fue una recta y soledad entre el ruido

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  10. Anónimo10:18

    Si es que las malditas curvas nos pierden a todos…

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  11. Soledad entre el ruido…
    Tampoco me habría gustado la F1.

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