Despierto. Leo un rato, todavía en la cama. Desayuno cereales, con trocitos de fresa. Es 11 de marzo. 11-M. ¿Dónde la angustia? Esta memoria que dobla el tiempo (¡sólo dos años!), que agujerea.
No podría hoy escribir aquello: ...una lluvia mullida, un ojo hinchado, un micrófono y un grito enterrado, el teléfono que suena y un reflejo en el interior de una lágrima, un ojo seco, dos raíles, largos, torcidos y continuamente solitarios, entre gravilla descolocada por carreras azules, un flash, un amigo que pregunta, no vaya a ser que ese día, quizá, aquel tren...
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