25.8.06

Alarmado por Günter

El asunto este en el que se ha envuelto Günter Grass como si de una última capa de cebolla se tratara me ha hecho recordar una de mis mudanzas. Al llegar y abrir las cajas, en una de ellas aparecieron unas cuantas cartas antiguas. Por supuesto, las leí; aunque lo que en realidad intentaba leer era lo que yo había escrito antes para recibir luego esas contestaciones. Lectura entre cartas lo podríamos llamar.

La mayoría de ese tiempo de exploración me la pasé pensando: ¿Pero qué haces? ¿Cómo se te ocurre decir eso? No lo hagas. Te estás equivocando. Pensaba todo eso como si pudiera hablarle a ese chaval que tenía doce o trece años menos que yo. Como si pudiera hacerlo. Como si fuera él a escucharme y a seguir los consejos. Pensaba eso, como si aquel chaval fuera otra persona, convencido de que lo era. Sentía una distancia infinita con aquellas cartas que completaban de algún modo la historia de las que habían quedado en mi caja. Algo extraño. Y hasta ahora había pensado siempre lo mismo: no somos la misma persona. Hasta la capa esta de la cebolla en la que se está enredando Günter Grass: eso de que formó parte de las Waffen-SS poco antes de cumplir 17 años, pero que nunca lo había contado hasta su último libro, Pelando la cebolla, escrito a punto de cumplir ya 80. Vivo inquieto estos días, enredado yo también. ¿Somos o no el mismo aquel chico y yo? Günter cuenta lo de sus dos semanas bajo las órdenes de Himmler quitándole importancia: “sin intervención alguna por mi parte, fui alistado”, “lo mismo ocurrió en aquella época a no pocos de mi quinta”. Parece que desea que él y aquel chico no sean la misma persona. Parece que lo ha deseado toda su vida, porque Günter Grass ha hablado mucho de su pasado, pero siempre esquivando el asunto SS.

Por lo que respecta a mis cartas fantasma, todo esto me alarmado muchísimo. Ha saltado por los aires mi convicción de que aquel imbécil que escribía entonces era otro. Si Günter ha vivido avergonzado por lo suyo, ¿qué rendija me queda a mí para escapar de aquel chico? ¿Podría terminar escribiendo de nuevo esas cartas equivocadas? Espero que no.

balazos: Servilleta (he conseguido recuperar los comentarios originales)

Technorati tags: |

6 comentarios:

  1. por suerte, sé que no

    ResponderEliminar
  2. Buen texto, David.

    La imagen de las cajas y de las cartas me ha recordado el 'trastero' del que escribía Pedro de Silva ayer o anteayer en su columna de 'El Faro de Vigo', a propósito de estos delicados asuntos de la memoria:

    "Todos los días cada individuo negocia con la propia memoria, y llega a un trato con ella: esto sí, esto no, esto así y no de ese modo. El contenido del trato expresa lo que mejor conviene a la supervivencia. Con el futuro hacemos algo parecido. Si pasáramos el día viendo la imagen final de ese futuro, que es el que es, la vida sería insoportable. O sea que la dieta adecuada de recuerdo y de futuro es la que nos da la vida buena. No conviene olvidar todo lo malo, como si no hubiera ocurrido, pues ese trastero secreto se pudre dentro de nosotros, y luego pasa factura, pero hay que atinar en la gestión del almacén. Con los pueblos sucede igual. Si en el año de la memoria nos ponemos a revivir con pasión cada escena de la guerra y la posguerra civil, tanto alcohol nos hará daño. O sea que hay que medir bien la dosis del brebaje, y recomendar que se beba en tragos cortos".

    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Anónimo00:02

    ¿Podrías escribir hoy unas cartas que al releer en el futuro te causen el mismo pensamiento?

    ¿"Todo fluye" o "Todo pasa y todo queda"?

    ;)

    ResponderEliminar
  4. José María, gracias por la cita del artículo. Muy interesante.

    Mrs. Doyle, supongo que cualquier cosa de hoy me extrañará muchísimo dentro de un tiempo. Qué miedo.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo22:43

    Cuando Mrs. Doyle pasa por una situación como la que tú has descrito lo primero que hace es taparse la cara con un cojín (vive en un piso y no puede imitar a las avestruces), a continuación trata de analizar las causas que la llevaron a hacer algo así (tratando de buscar una justificación que la alivie) y no para hasta encontrar, al menos, una convincente.

    Me voy a hacer la maleta, que mañana me voy!!!!!!
    Hasta la vuelta!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. Creo que olvidé decir que esa mudanza sucedió hace bastantes años ya, aunque la pregunta puede ser válida todavía.
    Buen viaje.

    ResponderEliminar