Leo que alguien ha comprado el Covent Garden y noto, tontamente, la sensación de despertar por la mañana y encontrarme con la casa saqueda. Siempre he sido feliz en Covent Garden. Moderadamente. No tanto como la tarde en la que dormimos tumbados boca arriba en Hyde Park, pero feliz. Covent Garden forma parte de la geografía esa que luego se pasa uno toda la vida persiguiendo. Pedazos de ciudades dispersas que se sienten, sin dificultad, como un mismo y enorme lugar capaz de existir en un mismo tiempo, a pesar de estar compuesto de instantes infinitamente alejados. Un lugar, a pesar de todo, siempre alcanzable.
Pero ahora que han comprado un pedazo (aunque yo todavía no he notado nada) no estoy seguro de qué va a suceder con el resto de la felicidad, con aquella ventana de Venecia, por ejemplo. Siempre había pensado que era todo mío.
Technorati tags: Covent Garden viajar
8.8.06
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Prefiero seguir habitando el tiempo, el espacio tiene una mala leche...
ResponderEliminarA mí el espacio me da mucho miedo, que no hay oxígeno ni nada.
ResponderEliminarpero lo que es caber, cabemos todos
ResponderEliminarLo importante es SER. ESTAR es un regalo que nos da nuestra condición de SER. Si no hay SER, no puede haber ESTAR. SER es tan grande que te permite ESTAR dónde y cuándo tú quieras.
ResponderEliminarSi no hay SER, a ver cómo escucho yo los partidos del domingo...
ResponderEliminar¿entonces es mío o no?
ResponderEliminarEspero que no instalen un torno a la entrada con un cartelito que ponga "tickets 5 pounds max. 1 hour". Entre esto y lo de Fidel viajar no será lo mismo.
ResponderEliminardales tiempo...
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