22.11.06

Soñar a puñetazos

¿No tiene miedo a los golpes?
A mí ningún golpe puede darme miedo, porque he padecido ya el golpe más fuerte: entré en prisión con 24 años.
¿Era ya boxeador antes de la cárcel?
Justo había comenzado una carrera de victorias con mi mánager, el señor Alfonso Goya, un maestro, ¡el Don King español...! Y ahora que llevo dos años de libertad condicional estamos rehaciendo mi carrera.
(...)
¿Lleva usted mucha rabia dentro?
¡Llevo ganas de boxear! Trabajo impartiendo clases en gimnasios, pero cuesta: al saber lo de la cárcel, muchos se echan atrás...
Vaya...
Pero lo normal es que yo estuviese hoy pinchándome o delinquiendo, ¡como el 90% de los que salen de la cárcel...! Pero yo no: yo me entreno y boxeo, y voy a ser el campeón de Europa de peso semipesado, ¡ya lo verá!
(Víctor-M. Amela entrevista en la contra de La Vanguardia al boxeador Benito Eufemia. No, no se puede poner el enlace, ya sabéis.)

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2 comentarios:

  1. Anónimo11:56

    "Impartiendo clases en gimnasios": suena un poco raro lo de impartir. Quizá es que en los gimnasios las clases sólo se "dan" (como las tortas), como si lo de impartir quedara para colegios y facultades. Aunque también es verdad aquello de "la universidad de la vida".

    Nunca he sucumbido a la fascinación que provocan estos personajes. El cine y la novela tienden a concentrar en el boxeador una ambigua épica del éxito sobre el fracaso, del triunfo sobre la derrota, de la redención a hostias, cosas de estas. Entiendo que la combinación cárcel-gimnasio-ring, bien agitada, pueda dar un cóctel de sabor interesante. Pero poco más.

    ¿Dice la entrevista por qué delito entró en la cárcel este hombre? Dicho de otro modo: ¿qué golpe dio él antes de recibir el "golpe más fuerte" de su reclusión?

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  2. Desconozco todo el boxeo, pero me interesa la imbatible convicción del tipo: va a ser campeón de Europa a pesar de todo.

    En la entrevista dice que terminó en la cárcel porque un día acompañó a su hermano a cobrar un dinero y la cosa terminó con tiros y navajas. Él asegura que no había entrado, y que le confundieron con otro que llevaba puesto un casco de moto. Pero esa parte me interesa menos. El caso es que dice que, en la cárcel, se pasó nueve años entrenando por su cuenta. Esa convicción me interesa.

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