¿Es cierta esa leyenda de que The New Yorker tiene pilas de manuscritos por todas partes?
No. La leyenda y la realidad son que todas las semanas nos envían cientos y cientos de manuscritos, sobre todo ficción y poesía, y que los leemos. Eso sí, el responsable de ficción no lee todo lo que nos envían de todos los rincones del país, pero tenemos lectores que lo hacen y los filtran. Merece la pena hacerlo. Queremos intentar fortalecer una de las características de la revista, el descubrimiento del talento. Hace 60 o 70 años, una jefe de ficción llamada Katharine White descubrió a John Cheever. Eso pasa. No pasa todas las semanas. Puede que no pase todos los años. Descubrir a un escritor como John Cheever puede que suceda sólo una vez en la vida.
(The Independent [en inglés] entrevista a David Remnick, editor de The New Yorker)
(visto en Kottke)
Tiene cojones la cosa...
ResponderEliminarCheever es un grande, un grande de verdad. Hace un mes me compré los dos tomos de sus Relatos. Dolió, pero valió la pena, y le agradezco al New Yorker que lo haya descubierto para mí. :)))
ResponderEliminarNo hace mucho leí la selección que ha hecho Rodrigo Fresán y creo que nunca había disfrutado tanto leyendo... Imprescindible. Las novelas también son muy buenas, aunque no tienen tanta fuerza.
ResponderEliminarSentir que no conseguía lo mismo con las novelas que con los cuentos le machacó. Grande Cheever.
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