25.4.07

Llamadas perdidas

Las llamadas a los teléfonos de los muertos. El sonido sobre los andenes, en un vagón, en una bolsa, hasta que se acababan las baterías, aquel 11 de marzo. Como en el campus de Virginia Tech. Un soniquete que es como un pasadizo por el que corre el dolor. Con esos teléfonos empieza también el texto del New Yorker sobre la matanza:

Los móviles todavía sonaban en los bolsillos de los estudiantes muertos cuando nos dijeron que era mejor no preguntar por qué. Cuando la policía retiraba los cuerpos del edificio de igeniería de Virginia Tech, sonaban los móviles, con esa variedad excéntrica de tonos, mientras los padres intentaban averiguar si sus hijos estaban bien.
Technorati tags:

5 comentarios:

  1. ¡Qué dolor, debatirse entre la certeza de que no lo coge porque ya no puede o seguir aferrada a que acaso lo ha olvidado en algún lugar!

    ResponderEliminar
  2. Sencillamente terrible.

    ResponderEliminar
  3. Me angustia pensarlo. A ver si pongo algo nuevo.

    ResponderEliminar
  4. Menuda sensación. Cada tono de llamada sin contestar se puede convertir en la confirmación de una nefasta noticia... Desgarrador

    ResponderEliminar