30.10.07

Chapoteo

Hace ya unos días que tengo guardada esta foto. No puedo dejar de mirarla. A veces incluso cierro los ojos para verla mejor. El cayuco navegaba entonces frente a la península del Galgo, al sur del Sáhara Occidental, rumbo a Canarias. Eran las 22.29 del 25 de agosto y las 88 personas que llevaba a bordo iban a cenar. El destello más brillante es el fuego para cocinar. El único que veían los pasajeros.

La foto la tomó la cámara térmica de un avión de reconocimiento. Los demás puntos brillantes sólo aparecieron luego en la imagen. Quizá también en las pantallas del avión. Son las manchas de calor de los pasajeros. Porque abajo, sobre el agua, sólo lucía el fogón. Antes, probablemente nada.

Por eso a veces, con la foto delante, cierro los ojos. Hasta que sólo queda el chapoteo. En aquel lugar, un avión debe de sonar como el soplo de un fantasma. Sobre todo cuando se aleja y queda de nuevo el chapoteo.

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4 comentarios:

  1. A mí tambien me impresionó la foto. Me recordó una hojita con unas luciernagas en medio de la nada más absoluta.
    Saludos.

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  2. La foto impresiona, David. Pero el texto casi más. Destellos.

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  3. Tremenda historia.

    En estos días de viaje marroquí hemos visto, en plena noche, cuando conducíamos por mitad de la nada, algunos resplandores difíciles de creer.

    Qué narices hacen aquí, decimos en estos casos. No somos capaces de imaginarnos la vida de alguien que enciende un fuego en semejantes lugares. Un pastor adolescente que aparece tras una roca en mitad de una llanura barrida por la arena.
    Ni por asomo podemos imaginar una vida así.

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  4. Existen independientemente de nuestra capacidad para imaginarlos... uf.

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