20.12.07

La narración y la ballena

Jonathan Harris se fue a principios de mayo a cazar una ballena en Alaska y terminó construyendo una metáfora del oficio del periodista, otra cacería.

La captura de la ballena era el material para un experimento sobre técnicas narrativas que llamó The Whale Hunt. A lo largo de los nueve días que duró su viaje a Barrow, el pueblo más al norte de los Estados Unidos, tomó 3.214 fotografías. Al menos una cada cinco minutos, noches incluidas. El resultado es fascinante.

Lo primero que enseña Harris es un mosaico con minuaturas de las más de 3.000 imágenes que recogió. Está todo, desde el taxi que le llevó al aeropuerto de Newark. Es un amasijo de información capaz sólo de apelar a la memoria, a quien conoce la historia y puede leerla a través de las agrupaciones de colores.

Pero la abundancia extraordinaria no le sirve de nada al público, aunque uno pueda permitirse proporcionarla. Aparte de la propia búsqueda de una ballena, lo más interesante del proyecto de Harris se encuentra en el paso siguiente. En la edición de una historia tan gigantesca que ni siquiera es una historia. La transformación del material bruto en reportaje.

El primer filtro de Harris es esta línea de tiempo (el filtro de la estructura narrativa clásica). Cada línea vertical representa media hora. Por eso cada línea tiene al menos seis puntos: una foto cada cinco minutos.

Las alturas ya empiezan a contar algo. En el medio de la línea se ve una subida repentina. Harris disparó entonces su cámara mucho más a menudo, más de una vez cada cinco minutos. En algunos momentos, más de una vez por minuto.

A un reportero cualquiera que luego tuviera que escribir la historia, le habría sucedido lo mismo. La subida marca el momento en que Harris se viste para dejar el pueblo e ir al puesto de la costa donde se cazan las ballenas, a vivir a 30 grados bajo cero. Además, el ritual de las capas de ropa que necesita se solapa con la oración de la gente del pueblo que sale de cacería.

Aunque la verdadera progresión de la historia se aprecia en la proyección de fotos combinada con la línea de tiempo. La siguiente subida (marcada en rojo en la imagen) coincide con otro pico de interés narrativo. Llega a la playa de nieve la primera ballena. El número de disparos se mantiene alto mientras sacan el animal del mar y lo despiezan.

El último repunte se produce cuando llega la segunda ballena un par de horas más tarde. Sin embargo, con lógica periodística, la segunda vez da como resultado una barra más corta. La línea temporal dibujada por Harris es una perfecta curva del interés y funcionaría como plantilla para editar el reportaje.

El sitio ofrece alguna oportunidad más de navegación por la historia: por lugares, temas, personajes. No se lo pierdan.

[visto en
BuzzMachine]

10 comentarios:

  1. Anónimo01:30

    Seguramente Melville hubiera preferido hacerlo. Increíble!

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  2. La vida está llena de incertidumbres: Hoy leía una novela en la que un viejo de 92 años se va al Camtábrico a comprar una ballena para llevarla tierra adentro. Tardan nueve meses exactos en llegar a su pueblo. Dejan exhaustos a 300 fortísimos agotes.

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  3. 'Recuerda, oh, recuerda', de Pinilla, la publicó en 1975 y se reeditará en 2009.

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  4. ¿Y cómo hacen para que no se pudra en nueve meses?

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  5. Se pudre, ya lo creo.

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