7.5.08

Mi sombra lectora

El reverso de uno no es exactamente una sombra, pero se le parece mucho. Del mismo modo que se parece a una sombra el rastro que se deja en la arena después de un tiempo tumbado. Por eso a veces pienso en el tipo que se queda con la mitad de los números de mi revista como en mi sombra. Aunque tal vez sea más como un reverso.

En cualquier caso todo esto es reciente. Hasta que hace unos meses empezaron a faltarme ejemplares en el buzón ni siquiera imaginé que pudiera tener un reverso (o sombra) suelto por ahí. Pero sucedía lo siguiente: llegaba un día la revista del 31 de marzo y la siguiente ya no era la del 7 de abril, sino que en el cajetín aparecía la del 14. Evidentemente, las primeras veces lo atribuí a la casualidad, al cartero, a una caja perdida en el aeropuerto, un embotellamiento lejano, una tromba de agua, un cambio de calendario, la primavera. Pero la regularidad extrema con que desaparecen es incompatible con los imprevistos. Hay otro, que lee los números que yo no leo, y entre los dos tenemos una revista completa.

A veces, después de mirar durante días con sospecha a los vecinos, he pensado en esperarle al lado del buzón. O detrás de él, porque si en realidad se trata de un reverso perfecto debería sacar por allí los ejemplares ausentes. Pero me paraliza el terror. Mucho más que si sospechara que podía tropezarme con un doble. Los espejos dan ya ciertas pistas sobre los dobles, pero no hay forma de prepararse para un enfrentamiento con las propias ausencias. Ni siquiera hay modo de sospechar cuál podría ser la suma de uno mismo y su reverso, algo así como la meta total. Está claro que podríamos contarnos mutuamente los números que tenemos en casa, que son los vacíos de la estantería del otro. Está claro que entonces tendríamos ambos una estantería llena. Pero no hay pistas del resto.

Así que ando dándole vueltas a la idea de cancelar la suscripción, incapaz ya de soportar el pánico de asomarme por la rendija del buzón. Aunque de momento sigo, claro. En realidad es una absoluta bobada pensar que la ausencia produzca algo (¿verdad?): un otro, un reverso, una sombra, lo que sea.

8 comentarios:

  1. Anónimo19:51

    A un amigo mío le ocurría lo mismo. Cada X números le desaparecía el The Economist del buzón, incluso cuando lo había visto al irse por la mañana y lo dejaba ahí para recogerlo por la tarde. Finalmente Decidió pedirle al cartero que le dejara las revistas en el bar que estaba al lado de su portal, donde desayunaba todos los días. Y el camarero se las guardaba gustosamente.

    Igual puedes hacer algo parecido con el portero o... con la sombra de un portero.

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  2. "...es una absoluta bobada pensar que la ausencia produzca algo..."

    Esta frase es de lo más acertada para mí en este preciso instante...

    Como de costumbre, gran post.

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  3. Alguien me roba de vez en cuando el diario del buzón. Suelo enfadarme muchísimo, porque no es sistemático. Algunas veces se lo lleva si ha jugado el Athletic; otras veces aunque gane, me lo deja; le gustaba la promoción de las cajas de especias, pero ha pasado de la cristalería; lo recoge inmediatamente después de que aparezca el del reparto, sin embargo, cuando me voy fuera, los deja languidecer durante días en el buzón. Yo quiero un ladrón profesional, que establezca un ritmo y yo sea capaz de entenderlo.

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  4. No sé por qué contigo tengo la costumbre de copiar una frase del post: "...no hay forma de prepararse para un enfrentamiento con las propias ausencias." Es genial. Pero no te asustes, no creo que nadie posea verdaderamente el 100& de si mismo. Además, sería insoportable.

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  5. Muy elegante.
    Prueba a poner la mano en el hombro (por la espalda) a todos los vecinos que recogen su correo, seguro que quien se orina es el culpable.
    Otro día te hago el perfil psicológico del chorizo lector.

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  6. Mardelluvia, a estas alturas sé que no debería pactar con sombras, pero quizá es lo que más me apetece. Quizá me arriesgue.

    Nico y Mrs. Doyle, es curioso lo que otros encuentran que antes había pasado como invisible.

    Lucía, tú sí que tienes pistas para identificar al chorizo.

    Eresfea, necesitamos ese perfil, aunque lo de la mano promete.

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  7. Anónimo22:47

    Resiste la tentación. Pactar con sombras, no no.

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  8. Fasciante, David. Igual eres el otro.

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