La fascinación por los envíos erróneos. Uno lee Ciudad de cristal y, después de unas pocas páginas, cada vez que suena el teléfono se siente al borde de caer en una novela de Paul Auster. Imagina que como a Quinn, el protagonista, una voz va a decirle que necesita un detective. Y que va a aceptar. Y que... Pero se pasa enseguida, y entonces cada número equivocado vuelve a ser el mismo fastidio.
Aunque quizá no debería. Una buena colección de SMS despistados, por ejemplo, podría traer la novela completa. Lástima que los móviles dejen ya tan poco espacio para las erratas numéricas.
Por eso envidio el móvil de Leila. Por alguna extraña razón, si tienes un teléfono de Verizon y quieres mandarle un SMS a tu amiga Leila, pero no buscas su nombre en la agenda, sino que lo escribes, pues entonces lo recibe esta Leila y habla con él (con el SMS) en su blog.
Habla y ese hablar es una especie de desentrañamiento de decenas de otras Leilas. Recibe, por ejemplo: "¿Puedes venir después del partido de fútbol? Jesse y Ciara vienen esta semana pero no son majas conmigo. No preguntes. No tengo amigos y necesito que ventas mañana". O le llega: "¿Eres tú?". O lee: "Si tienes una cancelación hoy, ¿puedo ir? Echo de menos verte". O: "Estoy borracho. ¡Te quiero hasta cuando estoy sobrio!". O: "Que te jodan".
Esto no sucede con las llamadas erróneas, que mueren antes de llegar a la historia, ahogadas en tres o cuatro ¿pero no eres Carlos? Ahora para ser Quinn se necesita un resquicio como el de Leila por el que puedan colarse erratas de números.
18.8.08
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Nuria, una amiga, estuvo recibiendo mensajes con una cadencia de cada tres o cuatros semanas de un tal Jordi. Solo entendió el significado con el último.
ResponderEliminarOye, tal, que me caso en agosto, llámame.
Oye, tal, que no me has llamado. Nos juntamos el sábado tal en tal sitio.
Oye, que no me has llamado. ¿Vienes el sábado?
Tal, ¿que me caso el sábado? ¿Vas a venir?
Joder, tio, que me caso mañana.
Y en ese momento se dio cuenta de que los mensajes pertenecían a una serie.
Y ella es Nuria, no tal.
Una tragedia. Así se pierden amigos.
Tampoco está mal el móvil de tu amiga. ¿No debería haber llamado el de los mensajes en lugar de seguir escribiendo? Debió de salirle una boda rara.
ResponderEliminarYo quiero un movil como el de Leila! Aunque debe ser un poco lío distinguir los sms que no son para ella de los de algún amigo del que no tenga el número en la agenda. Aunque siempre es una buena excusa si quieres ignorar un mensaje:"Ah! Que querías ir al cine? Pensé que se lo proponías a otra Leila"
ResponderEliminar¡Buenísima historia, David! Tal vez te la saquee para algún texto. :)
ResponderEliminarEh, cumplo en avisarte (de nuevo, o tal vez no, y por las dudas repito) que tu blog no se ve bien en Opera. La columna principal aparece muuuuy a la derecha y hay que andar jugueteando con la barra de desplazamiento para poder leer.
Todo tuyo. Saquea, saquea.
ResponderEliminarSobre lo de Opera, no tenía ni idea. Gracias por avisar, aunque no sé bien qué hacer para arreglarlo. Tengo que investigar.
Yo tengo Opera y me pasaba lo mismo con la versión anterior, pero desde que intalé la 9.52 ya se ve bien.
ResponderEliminarMe quedo más tranquilo, porque no tenía ni idea de qué hacer. Gracias!
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