31.10.08

Camba y un rey

Se ha producido el prodigio de que la reina ha hablado, y me he acordado de una historia que Camba publicó en 1923.
El rey de bastos y un rey constitucional
Durante su última estancia en Londres, un rey, cuyo nombre no hace al caso, visitó cierto centro al que yo solía asistir con gran frecuencia. Allí habló largamente con unos y con otros, se retrató con varios y cenó con la mayoría.
–¿Y qué tal? –les dijo yo a algunos amigos–. ¿Qué impresión les ha producido a ustedes?
–¡Oh! ¡Magnífica! –me contestaron–. Es un rey verdaderamente inteligente...
Yo no he dudado nunca de la inteligencia del rey en cuestión. Por eso me choca este afán con que todo el que habla con él se apresura a proclamarla.
En su caso, yo me ofendería. La palabra inteligente, en efecto, me parece un adjetivo par perros más bien que para personas. ¡Si se tratase de decir que el rey de que hablamos posee una inteligencia excepcional, superior a la del promedio de sus súbditos!... Pero cuando yo les rogué a mis amigos que me repitieran alguna de las máximas profundas en donde esa inteligencia privilegiada se hubiese revelado, me dijeron a coro que no tomase el rábano por las hojas.
–¿Es que hace falta ser un Séneca para ser un hombre inteligente? –me contestaron–. No. El rey no ha dicho ninguna máxima profunda; pero durante un par de horas ha hablado con nosotros de temas muy diversos y no ha incurrido en ninguna tontería. Y aquí no cabía eso de haberse aprendido la lección, ni por el tiempo que duró la charla, ni por las diferentes materias que se trataron en ella...
Es decir, que, al llamarle inteligente, mis amigos no se proponían otra cosa sino afirmar que el rey en cuestión era un ser dotado de inteligencia. ¿Qué idea tendrían esos hombres de la realeza? Llega un rey a una reunión. Se habla de Polonia. Se ve que el rey ha leído, poco más o menos posee sobre la política polaca las mismas vagas ideas que uno posee. Además, se ve que habla llanamente, como todo el mundo, diciendi "sí, sí", "claro está", "me hago cargo", "desde su punto de vista no deja usted de tener razón, pero por otro lado..." y cuando el rey se va, las gentes se quedan estupefactas.
–Pues oiga usted –le dice uno a otro–. ¿Sabe usted que tienen razón los que dicen que este rey es inteligente?
–Muy inteligente... Sumamente inteligente... –contesta el otro.
Y es que es inútil. Ni los monárquicos ni los antimonárquicos puden imaginarse a un rey como a un hombre de carne y hueso queu lee periódicos y fuma pitillos. Para la mayoría de los hombres, un rey se parece más a un rey de bastos o de copas que a un compañero de tertulia. Todas las cualidades vulgares nos resultan maravillosas en un rey: el que tenga sentido común, el que le guste el arroz, el que juegue al billar, el que use cuellos blandos o cuellos de pajarita...
(Aventuras de una peseta, Julio Camba)

8 comentarios:

  1. Anónimo09:18

    ¡Brillante!

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  2. Magistral. Gracias por recuperarlo :-)

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  3. Pero fíjate que pasa lo mismo con cualquiera más o menos famoso: Ej. titular del Hola con foto a página en plan "V.Beckham pasea con su hija de la mano y hace la compra".
    Es la forma que utilizamos para hacer que una persona como cualquiera PUEDA ser distinta. Una fábrica de formas, o metodologías para crear la diferencia inexistente.

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  4. Es una felicidad Camba. Suerte que lo van reeditando de vez en cuando.

    Nico, sí, la tontuna toma formas diversas.

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  5. Cuando el rey se equivoca resulta taaan humano, cuando habla saltándose el solemne protocolo taaan campechano, cuando invita a Chávez a su palacete y juntos bromean con el "por qué no te callas", taaan descacharrante...
    Ay, yo no tengo nada en contra de los reyes, salvo la historia y todo lo que simbolizan.
    De todas formas, lo que más me ha sorprendido de lo dicho por la reina es su acentazo. ¿pero esta señora es china o qué? ¿a qué tanta dificultad de asimilación de nuestra lengua?

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  6. Anónimo13:02

    La portada de Público lamentable censurando la libertad de expresión.
    Pero también es lamentable una monarquía que cada día da más tumbos: negar a la Sannum por ser modelo, aceptar luego a Leticia (divorciada, presentadora, madre sindicalista), el caso Marichalar, el por qué no te callas, en fin...

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