Estas últimas semanas he estado saliendo bastante a correr y cada vez le encuentro más parecidos con el escribir. Aunque aún no tengo claro cómo pueden influirse entre sí.
Se empieza, al menos en parte, por razones similares. A mí nunca me ha gustado correr. No le encuentro la gracia a un deporte sin pelota. Pero cada vez resulta más complicado reunir al grupo de gente necesario para jugar al fútbol o al baloncesto.
Así que un día uno se da cuenta de que por mucho que le guste pelear por una pelota no hay nadie con quien hacerlo, y ya ni se pelea ni nada. En ese punto decidí probar a correr, algo para lo que no se necesita nadie más, pero en lo que, a cambio, la pelea es con uno mismo.
Lo de escribir a veces comienza igual, al menos en ciertas modalidades. Cuando empecé con este blog hace casi siete años, lo hice sobre todo porque no tenía un lugar donde publicar, del mismo modo que me quedé en otro momento sin gente con la que pelear pelotas. Aquí no necesitaba a nadie más.
Una vez solo, comienza la batalla, cuyo primer objetivo es aguantar. Los cambios sólo se producen cuando se corre, o se escribe, durante un intervalo constante suficientemente largo. Cuando he corrido poco, la vez siguiente me he encontrado con que sólo podía correr el mismo poco. Algo parecido sucede con el escribir. Y en ambos casos es del mismo tipo la lucha mental mientras se negocia internamente si se sigue o se abandona.
Los efectos también son casi idénticos: una especie de ligereza al concluir y pasar a lo siguiente que tenga el día. Para un principiante como yo, alcanzar los 45 minutos de carrera sin pausa dejan una sensación tan intensa como de flotar, que me resulta extraño que pase desapercibida. Después de unos días de correr (o escribir) con continuidad, sucede que de repente un día comenzar resulta tremendamente sencillo.
También al día siguiente de haberlo hecho boqueando humo sobre la nieve, o atravesando la lluvia. Cualquier cosa que llegue después parece una minucia. Así que ahora que nos cierran ADN.es, creo que voy a dedicar más tiempo a estos dos recursos de solitarios.
19.1.09
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Yo siempre escribo corriendo.
ResponderEliminarBrillante comparación. Yo creo que me estoy dejando y voy a perder la forma. Yo tampoco le he visto nunca mucho sentido ni ningún aliciente a correr, me aburre como dices un deporte sin pelota, pero es cierto que como el escribir ultimamente es dificil encontrar alguien con quién jugar, con quien pelear codo con codo, nadie quiere arriesgar ni una gota de sudor por otros, nadie quiere salir ahí afuera y disfrutar peleando una camiseta. Así que casi la mejor opción es salir uno mismo, por inciativa propia a correr. Aunque sea solo, a sudar y correr.
ResponderEliminarEl panorama es deprimimente. Pero creo que se trata de eso, lucha mental. En fin, saldremos a correr, entonces.
Gracias por esta bocanada de aire fresco.
Un abrazo.
Allendegui: quizá está ahí la relación que no había encontrado ;)
ResponderEliminarCaravinagre: es bastante mejor haberlo hecho que hacerlo... hasta que también empieza a estar bien hacerlo.
David, ha sido una mierda. Pero ese muñeco de nieve en la azotea, aunque se derrita, creo que es prueba suficiente de vuestro espíritu. Yo tengo gran confianza en la gente que escribe y en la que corre, sobre todo en la que corre y escribe. Denota que pretenden ir hacia algún lado. Un muy fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Nico.
ResponderEliminarQué bueno, David. Se lo he reenviado a un par de amigos que corren y escriben, les encantará.
ResponderEliminarSoy bastante novato, así que podrán decirme si después de un tiempo esto sigue siendo más o menos así.
ResponderEliminarDani, a mí también me gusta correr. Lo hago, por lo menos, una vez a la semana. Lo peor son los primeros minutos como cuando te lanzas a escribir. Pero una vez cogido el ritmo, vuelas. Ánimo con todo.
ResponderEliminarYo hago el camino inverso: corro y, a falta de ortas ocupaciones, escribo en el blog. El objetivo es colocar algún artículo donde se pueda, pero no me sale. Estoy incluso maquinando la técnica de Géo Lefèvre para conseguir las mejores exclusivas en carrera (supongo que Ander entenderá a qué me refiero); además, supongo que tendría "gancho" para los medios, no?
ResponderEliminarBuena columna!
Iñaki: me gusta recordar el dolor del principio en el rato en que luego sientes eso de volar.
ResponderEliminarMarc: esa técnica funcionaría sin duda.
Yo esta comparación la hago a mis amigos con la lectura y el ciclismo.Soy un lector empedernido y amante del mountain bike.
ResponderEliminarEl primer día te duele todo,el segundo las molestias son menores y sin darte cuenta,un día te ves subiendo montañas y queriendo más y más.
Muy parecido a la lectura,cuando el lector novato ve un tomo de 700 páginas y se asusta y piensa que nunca podrá leerlo.
Con un poquito de constancia se consigue leer el libro mas gordo y subir las rampas más duras
Cierto: ahí también fuciona la comparación.
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