![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH6NEwUxb2DvhtQgiB08sY2TorWYzVLQslg5Ko2usKQBxugbHiB-MeRLgX3XK4Kzvj-jyRSN6UxbOAGjU5dee63zI-i5K_dW4jWchuGYTzGQWWcjOeoh-k5XegNqGbQE9DU9ND/s400/ayala.jpg)
Algunas muertes juegan traviesas con la memoria. Al saber lo de Ayala, me acordé en seguida del día que hablé con él, y pensé en contarlo, como todo el mundo. Pero también en seguida me di cuenta de que iba a quedar como un idiota (yo, no Ayala), y seguí pinchando enlaces por ahí. Casi en el primero asomaba esto suyo: "Yo tengo una memoria de segunda mano. Por ejemplo, usted empieza a contar, y yo me acuerdo en seguida de todo". Y más adelante, sobre cómo conoció a su mujer: "Lo recuerdo, pero ahora tengo una memoria traidora, que inventa y miente". En otro enlace, casi un epitafio: "Que me recuerde cada uno como le dé la gana". O como pueda, me digo, seguro de recordarlo ya siempre con mis ojos de idiota. Salvo que logre olvidar aquello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario