La dramatización de Cesc en la roja a Medel y sus explicaciones de luego constituyen en realidad un incomprendido esfuerzo del barcelonista de acercar al tipo de a pie una verdad asumida como inalcanzable. Se trata de algo que frustra a muchos deportistas de alto nivel. «La gente no es consciente de lo que me ha costado», dicen. Como es lógico, lo que le pasa a la gente es que sólo podría ser consciente, o casi, habiendo recorrido la misma senda que el tipo que se queja. De otro modo resulta imposible salvar la distancia entre la hierba del Pizjuán y la barra del bar. De ahí el valor del gesto de Cesc: «Me pone la frente en la cara: es roja. Si quieres, te lo hago y me dices». Una oportunidad inigualable de ponerse en su piel.
En ABC
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