
El bombardeo de Gomel. Una vaca, el aullido de las bombas, fuego, mujeres... El fuerte olor a perfume (de una farmacia alcanzada) tapó la peste del fuego, sólo un instante.(Extracto de los cuadernos de Vasili Grossman, que ha ordenado Anthony Beevor en Un escritor en guerra. Vasili Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945. Era el primer bombardeo que veía. Acababa de llegar a la guerra, junto al ejército soviético.)
La imagen de Gomel ardiendo en los ojos de una vaca herida.
Los colores del humo. Los tipógrafos tuvieron que componer el periódico a la luz de de los edificios en llamas.
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Excelente extracto de una descripción sobre la crueldad de una guerra, de la guerra.
ResponderEliminarTomo nota de la recomendación.
Es fantástico.
ResponderEliminarSaludos, David. Te invito a que pases por la página de poesía que editamos desde República Dominicana.
ResponderEliminarEstos días entro aquí dispuesto a hacer algo, y me encuentro con la foto de Vasili, con los ojos de Vasili, las gafas torcidas de Vasili. Enseguida me doy cuenta de que no puedo competir con eso. Y me voy. Aunque también hay otros días en los que me digo que debería escribir cualquier cosa, lo que fuera, con tal de quitar a Vasili de en medio. Para que no me mire así.
ResponderEliminarA veces hay imágenes que se clavan en nuestras retinas y nunca llegan a desprenderse de ellas, pero hemos de convivir con ellas, y lo que es peor con todo lo que encierran.
ResponderEliminarEl rostro de la foto, es más que el rostro de Vassili: es el rostro del horror de una guerra.
Posiblemente, Vassili ya no dejará de mirarte, por lo menos, no mientras haya guerras...
Debes aprender a vivir con Vassili...
Para mí también hay un antes y un después de Vassili.
¿pero te has dado cuenta de cómo mira?
ResponderEliminarSu mirada sigue viendo la imagen de la guerra en los ojos de la vaca herida.
ResponderEliminarÉl ha tenido que aprender a convivir con esa imagen en sus retinas...atormentándole... para siempre...
Será por lo que habéis leído, pero yo hubiera dicho que ese hombre es un conserje que está esperando a que den las tres para marcharse de la oficina y tiene un hambre del carallo.
ResponderEliminarBah, silly.
¿es posible que esté dormido?
ResponderEliminarYo diría que es un muerto en vida...
ResponderEliminarAhora que ha bajado tanto en la página, como que le echo de menos...
ResponderEliminarCuando entro en este blog, no puedo evitar buscar la fotografía y observar esa mirada...
ResponderEliminarNunca olvidaré la mirada de Vassili, ya forma parte de mi álbum de miradas...