27.10.06

Nostalgia del fútbol

De nuevo, anoche, la terrible certeza de la extraordinaria superioridad del fútbol sobre la vida. En el párking, a oscuras, mirando un abollón que hundía el lateral derecho del coche, y que no estaba por la mañana. Allí de pie, buscando una nota con el teléfono del que acababa de tunearme el Ibiza. O los datos del seguro, algo. Allí, de nuevo, nítida y entera, la añoranza del patio del colegio y sus porterías.

En la explanada quedaban mi coche y otro. Nada más. Y me encontré detenido por la rabia, como si no hubieran pitado un penalti clarísimo. Con los mismos brazos en jarras. Con la misma mirada en busca del árbitro. Pero en la vida no hay árbitro, y de verdad que allí sólo quedábamos esos dos coches y yo. Aquel lugar desierto creo que me aplastó más que el coche fantasma. A veces, en el colegio, corriendo de portería a portería, tampoco había árbitro. Pero uno se quedaba en jarras, y del otro lado sabían que algo iba a suceder enseguida. En el fútbol no sale nadie del campo sin una oportunidad para apurar pendencias. Y si no, que queda el partido de vuelta. O queda otra temporada. Pero siempre termina uno encontrándose delante de un lance que permite afeitar un tobillo, o abrir los codos para remodelar una nariz. Aunque también existe la escuela que prefiere tirar un caño, aparecer al otro lado del tipo con la pelota, y entonces mirar atrás para verle intentando todavía juntar las rodillas. Confieso que ésta es la mía, especialmente en los ratos en los que el otro se enfurece después del primer túnel y vuelve en la siguiente embistiendo casi a ciegas. Ahí es obligatorio volver a buscarle el hueco entre las piernas, el hueco entre su rabia. Soy capaz de arriesgar una rodilla en el lance, a cambio de la segunda sonrisa de la tarde mientras miro hacia atrás, al tipo descompuesto.

Pero anoche, en aquella explanada desierta, no quedaba nadie: ni árbitro al que gritar, ni compañeros, ni entrenador, ni público al que levantarle los brazos. Ni quedaba el del penalti mirando hacia otro lado, pero sabiendo que la cosa no estaba zanjada. Sólo mi coche recién abollado y ese dolor de la nostalgia del fútbol.

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16 comentarios:

  1. Pues lo llevamos crudo si recurrimos a las costumbres del fútbol para aplicarlas a la vida.

    En el ciclismo, incluso con toda la mierda que le llega ya hasta las fosas nasales, cuando un rival se cae, se le espera, no se le ataca. A menudo, los grandes campeones no disputan los pequeños triunfos a otros corredores (mientras que en el fútbol los propios compañeros de equipo intentan empujar un balón que ya iba irremediablemente a gol, para anotarse ellos el tanto en lugar del compañero que ha chutado).

    En el fútbol, el acto supuestamente más noble (echar el balón fuera para que atiendan a un lesionado) siempre se aprovecha para devolver el balón 40 metros más allá y a poder ser en una situación comprometida.

    Se aplaude la picaresca de quien mete un gol con la mano (hay entrenadores y periodistas que lo defienden públicamente, y con orgullo). Se simulan faltas. Se piden tarjetas para el contrario.
    Después de un roce nariz contra nariz, siempre hay alguien que se tira al suelo como si le hubieran partido el cráneo para conseguir que expulsen al rival.

    Y sólo una vez he visto a un jugador (inglés) decirle al arbitro que no, que no le habían hecho penalti, y tirarlo después fuera queriendo.

    Cuando veo todas estas tretas, me dan asco hasta los jugadores de mi equipo.

    Y ahí sigo yo, con mis flagrantes contradicciones, yendo al estadio cada quince días.

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  2. Jo, qué majo ese jugador inglés. ¿Cómo se llama? Quiero que mi alcalde le dedique una calle.

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  3. La gracia estaría que el que te abolló el coche fuera árbitro de futbol en los partidos de su hijo con sus compañeros de escuela... no?

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  4. Hombre... gracia, gracia... que tengo el coche con un golpe tremendo. Si es que no os ponéis en mi lugar...

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  5. En ese momento se podría decir que sentiste la soledad del portero ante ante el penalti.

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  6. Anónimo15:51

    Yo también tengo una incomprensible relación de amor-odio con mi deporte favorito.

    El inglés que dice Ander es Robbie Fowler, pero de esos quedan pocos, si es que quedan. Es triste pero es así. Incluso el propio rival se reiría de tu "excesiva humildad".

    El dinero está tan inmerso en el mundo del fútbol que un gesto de estos te puede llevar a la suplencia. Hay mucha competencia generada por las presiones económicas. Dinero=Poder=Títulos (Barcelona, Chelsea, Real Madrid, Milan...).

    Pero...¿Y si te entregan, por error, más dinero del debido en las vueltas de la ronda de cervezas que acabas de pagar?
    ¿Qué sucedería?

    El problema no es el fútbol en sí mismo, pienso que está en el público, que acepta este tipo de comportamientos.

    Edu Oyarzabal

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  7. De acuerdo, Edu, pero no podemos obviar la responsabilidad individual. La de Robbie Fowler (gracias, no conocía el nombre), la de Agüero, la de Aduriz, la de quien reciba las vueltas de más al pagar las cervezas o la de quien abolló el coche de David. En ese momento tenemos capacidad para decidir. Y no vale disolver nuestra responsabilidad en la sociedad, en el público, en el entorno ni en cosas de esas. Si un jugador de mi equipo tirara fuera queriendo un penalti injusto, te prometo que me alegraría (total, ya vamos de cabeza a Segunda :-)

    Y mis condolencias, David. Pero piensa que es mejor un coche abollado, porque así tienes menos miedo de que te lo abollen. Mi vieja furgo está rayada y abollada a más no poder, y no tengo ni el más mínimo temor de que alguien me dé un golpe al aparcar.

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  8. Anónimo21:13

    Pero si seguimos con el símil es como tirar la toalla en un 0-1...
    Bueno, la furgo por lo que cuentas sería un España-Malta.... de los de antes, claro.

    ¿Aceptó todo el equipo de buena manera la decisión de Robbie? ¿y los hinchas?. Es más fácil ser honrado si juegas sólo que en un equipo, donde después de fallar la falta tienes que darte la vuelta y ver las caras del resto de compañeros.

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  9. Bueno, tampoco vamos a exagerar con eso de que un ciclista siempre espera al rival caído:

    http://youtube.com/watch?v=EKh4XtZJyio

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  10. ¿Es Indurain en serio? ¿Cuándo sucedió eso?

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  11. No, no, lo de Induráin lo pusieron los argentinos que colgaron el vídeo. Es una carrera de ciclocross, yo diría que de juveniles y en Francia o Bélgica. Semental, querido Watson.

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  12. ¿Nostalgia del fútbol o del recreo y del patio del colegio?

    ¿Nostalgia de la falta de árbitro o de la falta de protección que tiene un niño ante un golpe o un juguete roto?

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  13. De la falta de protección del propio juego, supongo. Sobre todo de eso.

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  14. Nostalgia de la nostalgia diria yo. Ya queda muy atras aquella epoca en la que podias resolver las cosas con cuatro tonterias y no rendir cuentas. No existia casi el remordimiento. Ahora todo hace que sintamos cosas que antes nos pimportaban un pito. ¡Como pasa el tiempo, y que facil era todo antes!

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  16. Y más difícil también, Seoman. Del campo no puede uno escaparse sin más, algo que a veces se agradece.

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