11.7.07

Gatear tras el mercurio

Nada más lejos del sentimentalismo que el Parlamento Europeo. Nada más distinto de gatear por la cocina hasta el armario, alargar el brazo, tantear el frío de las baldosas y regresar a la silla con un rasguño alargado en el brazo. Hasta que esta tarde, allí, entre escaño y escaño, se abrió un pasadizo a la memoria de los termómetros rotos. Cuando se rompan todos los que aún quedan en los cajones, no habrá ya otros que puedan romperse después. Los han prohibido.

Por el mercurio. Por esas bolitas que perseguíamos por el suelo, y de las que todos nos hemos acordado esta tarde, en ese instante en que el Parlamento Europeo se ha vuelto del revés y se ha convertido en un pedazo de infancia. Aunque más que el pedazo en sí ha seducido el recuerdo del pedazo. La fascinación de la memoria, del puro recordar con precisión: gatear por la cocina hasta el armario, alargar el brazo, tantear el frío de las baldosas y regresar a la silla con un rasguño alargado en el brazo. Perisguiendo un brillo.

Actualización, 23.34: Y está este maravilloso vídeo que me ha encontrado Alvarhillo:



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8 comentarios:

  1. Qué grande, David. Mágicas bolitas cada vez más pequeñas.Huidizas.

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  2. Que se unían y se separaban como por arte de mágia. Que recuerdos. Ya de mayor, me acuerdo que estuve casi una hora hipnotizado por la fuente de mercurio de Calder que hay en la fundación Miró.
    Como pueden prohibir la magia.
    Mira este video,
    http://www.youtube.com/watch?v=MperC7ySjSU&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Emibrujula%2Ecom%2Fvideo%2F2007%2F06%2Fexperimento%2Dgota%2Dde%2Dmercurio%2Ehtm
    te encantará.
    Saludos.

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  3. No voy a perder un minuto. Mañana mismo voy a la farmacia y me compro uno (o dos) antes de que los prohíban.

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  4. Alvarhillo, gracias por el vídeo. Fantástico.

    Snorkel, creo que yo necesito muchos más que dos. ¿Qué hacemos cuando los hayamos roto todos?

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  5. Hey, sabía que te iba a gustar. Gracias por ponerlo en el blog.
    Es que es hipnótico¿verdad?
    Saludos.

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  6. Es fantástico. Gracias.

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  7. Salvar el mercurio. Hagamos cola en las farmacias.

    Corramos a gatas tras las bolitas con una pajita.

    Reivindiquemos la infancia lejana.

    Zampemos las bolitas de mercurio, desmitifiquemos el mito del veneno.

    El mercurio

    no tienen colesterol

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  8. Deberíamos hacerlo.

    Aunque creo que han conseguido un efecto perversísimo ya. Tal como están las cosas, si uno se compra un termómetro (o diez) estará permanentemente angustiado por que se le rompa (luego no habrá ya más para romper), cuando antes siempre había sido todo al revés: la rotura era el mejor momento, sin duda.

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