20.4.08
La lentitud
Viendo el documental 10 mph, me he acordado mucho de Ander, de cuando acababa de terminar su viaje en vespa por España y quería viajar incluso más despacio. Aunque no estoy seguro de que Hunter Weeks y Josh Caldwell anduvieran buscando lo mismo cuando decidieron dejar sus trabajos para montarse en un segway y cruzar Estados Unidos, de Seattle a Boston. 100 días en la carretera, a 10 millas (16 kilómetros) por hora.
Creo que no iban buscando la lentitud, pero es la lentitud precisamente el primer gran contraste que se dispara en la película. Josh montado en el segway, reptando por la cuneta, casi inmóvil mientras vuelan a su lado los coches de quienes siguen dentro de su vida. Quizá la velocidad sea la barrera entre fuera y dentro, lo que simplificaría mucho el proceso de hacerse a un lado. (nota mental: tengo que volver a hablar de esto con Ander)
[10 mph se puede conseguir gratis en OurStage, y ellos reciben un dólar por cada descarga.]
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Porras David, pareces adivino. Hace dos días vi de nuevo "The Straigh Story" de David Linch y esta misma mañana leyendo una revista de historia he visto una cita de Godoy en la que se quejaba que la velocidad de los modernos carruajes impedía disfrutar del paisaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo iba con la vespa, presumiendo de lentitud, cuando me encontré en Tarragona con un suizo treintañero que llevaba dos años caminando con una pareja de burros y un perro. Recorría diez o quince kilómetros al día. Pero la verdadera medida de la lentitud era otra: no sabía en qué día vivíamos. Calculaba que debía de ser más o menos junio (era 14 de junio). Iba tan lento que se salió del tiempo.
ResponderEliminarAlvarhillo, esa película no me la puedo quitar de la cabeza desde hace años.
ResponderEliminarAnder, me parece tremendo eso de salirse del tiempo. Absuro y absolutamente real a la vez. ¿La velocidad es una puerta?
Al leer el comentario de Ander me he acordado de un viaje que hicimos a las Alpujarras hace lo menos quince años. Subiendo desde Guadix al puerto de "La Rangua" (dos mil y pico metros de carretera serpenteante) vimos aparecer un enorme carromato cubierto tirado por dos bueyes guiado por una pareja joven con varios niños en el pescante. Retrocedimos mil años de golpe. Desde luego hay gente que gusta de ir despacio por la vida.
ResponderEliminarDavid, me parece interesantísimo. Tanto, que me dan muchas ganas de buscarlo, bajármelo, verlo bien, pensarlo, pero... no sé si tengo "tiempo" de todo eso. "Quizá la velocidad sea la barrera...". impresionante. Un saludo.
ResponderEliminarVaya, pues a mi también me han entrado ganas de ver ese documental, pero es que no doy abasto... pero me lo apunto en la lista. Pero sin prisas, como en ese viaje.
ResponderEliminarSaludos.
Nico, después de tantos esfuerzos por ir rápido, resulta que lo complicado es moverse lentamente.
ResponderEliminarClaro, David. Todo va en la misma línea. Después de lograr las más ingeniosas tecnologías para comunicarnos (teléfono) resulta que ahora no tenemos tiempo para hablar, ni para sentarnos a tomar un café con un amigo. O, en otra línea, después de tener grandes bancos seguros, resulta que ahora... los "bancos nos necesitan"
ResponderEliminar¿o esto también va en esa línea? Dios, esto no me gusta nada.