19.8.08

Sombras sin sol

De vez en cuando me pasa (espero no ser el único). Una frase que no puedo sacarme de la cabeza. Se me repite, como si se reescribiera a sí misma. Puede andar rondándome semanas. Hasta que un día, a partir de ella crecen unas cuantas líneas, y la frase deja de pronunciarse. Como si hubiera dedicado ese tiempo a buscar un texto en el que acomodarse, y ese texto existiera ya en algún sitio, y entonces la frase encajara y dejara de rondarme.

Pero ando preocupado estos días, porque cada tarde que atravieso el paseo del Prado, bajo la arboleda, se me repite algo parecido a esto: "¿Cómo se llama la sombra cuando ya no hay sombra? No queda sol, pero uno sabe que está pasando bajo los árboles, aunque lo haga con los ojos cerrados". Y, claro, no sé si busco una respuesta o un acomodo para la cantinela, pero no doy con ninguno de los dos.

5 comentarios:

  1. Anónimo20:44

    Hay muchos de tipos de sombra. Si desaparece la sombra es porque todo es frescura, porque todo es tiniebla o porque el sol está en su cénit. En este caso, si el árbol permanece, vuelve poco a poco. Si hay árbol, de algún modo, la sombra -la que abriga o refresca- está siempre.
    También a mí me pasa lo de las frases. Y cuando leí la tuya esta mañana, se me quedó la cantinela que he puesto en el párrafo anterior. Así que he tenido que escribírtela a ver si se me va...

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  2. Creo que hablas del aura.

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  3. Paco, yo creo que me la he quitado de encima. Menos mal.

    Lucía, no sé por qué pero creo que deberíamos inventar algo así como "umbra". No sé si me convence aura.

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  4. No tenemos que inventar umbra, porque ya está bien documentada en castellano, como sinónimo de sombra.
    Creía que te referías a una cierta presencia que persiste aun sin luz.

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  5. La sombra está viva, y siente y padece como nosotros.
    Cuando hace sol se esconde de él, lo teme, y no se atreve a mirarle a la cara.
    En el Ecuador, cuando el sol está en lo alto y parece no tener escapatoria, se esconde bajo nuestros pies, temerosa.
    Por la noche hace lo mismo, pues tanto miedo le da la luz como la oscuridad, y permanece allí,escondida, espectante, hasta que entramos en algún lugar iluminado o se hace de día.
    Al amanecer y al atardecer, cuando el sol casi no ha salido o se está marchando, es cuando más valiente se cree y se crece hasta tamaños increíbles.
    Por lo tanto no hace falta ningún nombre pues siempre hay sombra aunque no la veamos.
    Quizás sea que no la conocemos lo suficiente.

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